El fentanilo es barato de producir y su gran potencia significa que se puede transportar en cantidades más pequeñas con más facilidad que otras drogas. El fentanilo ha reemplazado parcialmente a otros opioides, específicamente a la heroína, en el tráfico hacia los Estados Unidos. Hay muchas variables cuando se trata de lo que las personas venden y compran, incluido el precio, la pureza, la disponibilidad y la tolerancia al riesgo.
A nivel local, el fentanilo puede venderse a personas que buscan opioides pero también puede combinarse con otras drogas para ampliar o fortalecer el suministro. Por ejemplo, el fentanilo se encuentra cada vez más en pastillas de prescripción falsas: estas son pastillas que pueden parecer legítimas pero en realidad son falsificaciones que ni siquiera pueden contener los medicamentos originales que alguien cree que está comprando. Las contaminaciones por fentanilo de otras drogas pueden ser intencionales o no, dependiendo de la disponibilidad y el distribuidor. Esto hace que cada dosis sea una ruleta rusa.